martes, 7 de diciembre de 2010

Dulce Inconsciencia


Dulce inconsciencia, dulce estado en el que todo se mezcla: lo que es, lo que pudo ser, lo que ya no será...
Cálido vaivén en brazos de Baco mientras repasa con su lengua nuestras heridas.
La imaginación retando a la cordura para ayudarla a volverse loca.
La razón más divertida que nunca, la fantasía más cerca que el habla.
Nada importa, excepto lo importante. Nada es real, salvo el deseo y la magia.

domingo, 3 de octubre de 2010

Mariposas en el estómago


El corazón abrió las puertas y la marea llevó el mensaje hasta un cielo azul turquesa nublado por la peor de las pesadillas...

Una isla hermosa llena de recuerdos, músicas que traen otros tiempos, lágrimas... y sin embargo, la tristeza no sabe enfrentarse a las historias que logran sonreír en unos labios.

Una noche en blanco pintada de imágenes, palabras familiares que encantan el sueño, sensación en la piel de haber vuelto a casa.

Y el nuevo día tan diferente... tímida dulzura en el vino, en las manos, en las sábanas..., un ligero temor que se desvanece ante el secreto reconocimiento de las almas.

Profundo silencio al reencontrarse, desasosiego revoloteando en el estómago... El viento lo colmó de mariposas, que si un día abandonan alguno de los cuerpos, habrán dejado ríos de vida a su paso.

viernes, 2 de abril de 2010

El ruso

Miércoles, 9 horas del atardecer, “sentada en un banco en el andén, esperando a que llegue el primer tren”. No como Penélope, porque hace tiempo llegamos al final de la canción y la profecía del maestro una vez más se cumplió. La situación era bastante más prosaica: un frío horrible, un abrigo con gorro que sólo dejaba los ojos al descubierto, una huelga de trenes todavía acechando y la desesperación que provoca el qué coño hago yo aquí a estas horas. Cuando la impaciencia ya empezaba a revolverme en el asiento (maldita impaciencia que nunca he sido capaz de controlar), aparece un individuo que para colmo de males, me hace una pregunta. Una cualquiera de las que molestan simplemente porque tienes que bajar la cremallera del gorro para poder pronunciar palabra. Contesté cualquier cosa, pero su cara era amable, la sonrisa franca y empecé a pensar que quizá mereciera algo más que una respuesta cualquiera. Después de un par de frases al azar, preguntó “¿eres creyente?”. Me sorprendió por lo atrevido y porque hace años yo lancé una pregunta similar a una persona a la que tenía mucha prisa por conocer. De Kant, el bien y el mal a cosas mundanas como el verdadero frío siberiano, y vuelta a conversaciones filosóficas del tipo de si las personas cambian con los años. Él decía seguir siendo el mismo tipo de siempre y la verdad es que me lo creo. Dibujaba igual que de pequeño, quizá porque aparte de los siete años que lleva en España, sólo quiere reconocer dos anteriores. Los demás, necesita olvidarlos. Le gusta el país, el clima, la comida, la gente, y eso a pesar de que le cité a Reverte para enumerar todas y cada una de nuestras mejores “virtudes”. Nos reímos… Al llegar a su destino nos despedimos intercambiando sólo nuestros nombres, en parte porque el encuentro fue único y en parte, porque estoy convencida de que volveremos a vernos. Si no fuera así, toda la suerte del mundo, ruso loco, y que nunca tengas que volver al lugar que tanto te costó olvidar.

domingo, 14 de febrero de 2010

Tal como éramos


Gracias, Superbizcochito.

viernes, 12 de febrero de 2010

Tu despedida

"Mecida en el mar vuelve
clara y tranquila
a iluminar tu recuerdo,

esa luna que un día,
brilló en los ojos,
que dieron luz a los míos.

Tu despedida fue,
decir adiós con un hondo silencio... fue...
dejar tu aroma escrito sobre el viento...

Se fueron esos días tan hermosos
que despertaron mis ojos
presos de la noche oscura,

dejaron su cariño y su ternura
como una llama encendida,
esperando el nuevo día...

Sin ti quedó dormida
sobre la arena,
de una mar azul mi alegría...

Sin ti quedó mi pena,
serena y fría
y de tu ausencia teñida.

Y aunque suspiro sé, que nuestro ayer
no fue un tiempo perdido... que
fue andar haciendo juntos el camino...

Se fueron esos dias tan hermosos
que despertaron mis ojos
presos de la noche oscura,

dejaron su cariño y su ternura
como una llama encendida
esperando el nuevo día.

Tu despedida fue
decir adiós con un hondo silencio ... fue
dejar tu nombre escrito sobre el tiempo ... fue

Se fueron aquellos días hermosos
que despertaron mis ojos
presos de la noche oscura,

dejaron su cariño y su ternura
como una llama encendida
esperando el nuevo día."

Intérprete: Mónica Molina.
Letra y música: Noel Molina.

Para mi Currito, que ya no está...

jueves, 11 de febrero de 2010

A mi no amigo

De parte de la que no entiendes, de la que no soy yo, de la que parece más vulnerable, más complicada y hasta más triste: Gracias por esa paciencia casi infinita ante mis regaños, esos abrazos de oso cuando me canso, esas palabras bonitas cuando soy borde, esas canciones cutres tan pegadizas y sobre todo, gracias, muchas gracias por tantas y tantas sonrisas... Si algún día me pierdo, iré corriendo a Klyon para encontrarme.
P.D.: “yo no te pido los luuuuunes, sólo te pido los sáaabados…”

Sus manos…

Es todo lo que recuerdo de aquel encuentro: unas manos fuertes acostumbradas a trabajar la tierra, dedos rígidos y sucios de tanto cubrir heridas, uñas cansadas de arañar el presente, líneas que el frío convirtió en grietas, callos de dolor y de hambre. Manos vacías de todo, manos llenas de gente. Coincidieron con las mías un sólo instante. Todavía hoy se sienten culpables.

lunes, 1 de febrero de 2010

Mi pueblo blanco...

Llegaba tarde... Todos lo aceptaron, pero el maldito tren llegaba, como siempre, tarde... Al final del andén, una calle repleta de caras nuevas. Más allá, calles tristemente pobladas por caras conocidas. La curiosidad, el dolor y el devenir entre ambos...

En la casa, una cama rosa cuyo color eligió alguien a quién ya no soporto y que sin embargo, resulta tan entrañable. Lecho de vidas: vidas pensadas, vidas sentidas, vidas soñadas, vidas que ya no serán vidas. Lecho pasado al que no volver mientras el valor no pueda invertarse otras vidas.

Reencuentros… oportunidades para los que su antiguo yo les pidió a gritos el borrón y cuenta nueva. También para aquéllos que lo recuperaron después de no sé cuántos actos…

Nostalgia… lugares que ya no existen más que en el recuerdo. Vacío de paredes que no encierran nada. El mundo de otros, la tierra de nadie y mi pueblo blanco, que como el tren, siempre llega tarde…